Una semilla que se asemeja a una papa de tamaño mediano es el material que lleva a esta historia. A está semilla se le quita la cáscara y allí empieza el universo de posibilidades que tiene este material conocido como tagua. Y aunque la mayoría de personas ignora su existencia, se le considera como un material casi tan resistente como el marfil. Por esto se le llama marfil vegetal.
Según el Smithsonian Folklife Festival, la palma de tagua pertenece a la especie phytelephas acquatorialis y crece en abundancia a la orilla de los ríos tropicales de Colombia. Las frutas son del tamaño de un melón y crecen en ramilletes de forma globular en la base de la planta hembra. Cada fruta tiene espinas puntiagudas y contiene por lo menos cuatro semillas grandes. Cada palma puede producir hasta veintitrés kilos de nueces al año.
Tres generaciones y un gran amor por las artesanías y por el medio ambiente fue lo que encontramos en el Taller Tagua propiedad de Juan César Bonilla y Julia Patricia Vergara maestros artesanales (Medalla a la maestría artesanal y ganadora del concurso nacional para la artesanía respectivamente) El taller se encuentra ubicado en el centro de Tinjacá, Boyacá. En este sitio, se une la tradición, el diseño y el amor que le imprimen a cada una de las piezas que fabrican mientras explican el proceso de la tagua y la importancia que debería tener para Colombia.
Doña Julia Patricia Vergara Acosta es Maestra en Artes Plásticas de la Universidad Distrital. Es Boyacense nacida de padre Costeño y madre Paisa, ella creció disfrutando de la historias que le contaban sus padres que le permitían tener gran parte del país en su cabeza. Ella decidió hacer de la creación artesanal su vida y estudió en la Universidad Distrital, Artes Plásticas. Uniendo su amor por su tierra, por el medio ambiente, y por la creación artesanal, siguió trabajando y creando; este esfuerzo fue reconocido con el Premio Nacional de Diseño Artesanal.
Don Juan César Bonilla González nació en Tinjacá, Boyacá. Siguiendo las enseñanzas de su abuelo y su padre se convirtió en artesano con el material con el que sus antepasados habían modelado por dos generaciones: la tagua. Él entiende su vida alrededor de esta semilla modelando artesanías pero además es uno de sus sueños poder propagar el uso de esta semilla a mayor nivel ya que es silvestre y se produce en gran parte del territorio. La tagua tiene una resistencia equiparable al marfil animal y puede ser la materia prima de donde provenga el sustento de muchas personas con necesidades.
Ellos conforman el Taller de Tagua Bonilla & Vergara y esperan que sus hijos se conviertan en la cuarta generación en llevar esta tradición artesanal. Sus creaciones no solo son decorativas sino también funcionales. Incluso han desarrollado métodos para usar los desechos de la fabricación de artesanías para la manufactura de enchapes y papel artesanal. Ellos son un referente nacional y tienen el reconocimiento de Maestro Artesanal otorgado por Artesanías de Colombia.
Es su objetivo de vida poder demostrar cómo este material que se encuentra en gran parte del territorio nacional puede llegar a ser el sustento para muchas familias quienes como ellos pueden trabajar este material para la creación de artesanías y artículos de uso común. También trabajar por el medio ambiente y la reutilización de desperdicios en la construcción de casas.
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